Somos dos hermanos, ambos técnicos enólogos, con un nuevo proyecto y la ambición de continuar nuestra tradición familiar.
La empresa Diego y Damiano Barale tiene una superficie de unas 8 ha, ubicada entre las localidades de Barolo y Monforte d’Alba.
Los viñedos Cannubi, Monrobiolo de Bussia y Castellero se encuentran en el distrito de Barolo, mientras que el viñedo San Giovanni se encuentra en el distrito de Monforte d’Alba.
Nuestros vinos tienen una impronta tradicional para preservar mejor las cualidades aromáticas naturales derivadas de nuestras uvas.
"Il vino è la poesia della terra".
La empresa, aunque fundada recientemente, en realidad tiene raíces históricas; según los registros parroquiales de la localidad de Barolo. Los primeros vestigios de la familia Barale se remontan al siglo XVII. El terrateniente Francesco Barale comenzó a elaborar vino en 1870 y pasó las riendas a su hijo Carlo, quien fundó la empresa “Barale-Rinaldi”.
Tras las particiones familiares, los hijos de Carlo Barale, Giovanni Battista y nuestro abuelo Giuseppe, se hicieron cargo de la empresa denominada “Barale Fratelli” hasta 1984.
En los años 80, tras la muerte de los hermanos, los hijos de Giuseppe, Carlo y Sergio Barale se convierten en los nuevos propietarios. En 1985, tras la muerte prematura de nuestro padre Carlo, la empresa Fratelli Barale pasó a manos de Sergio Barale. Nuestra "nueva" empresa comenzó de nuevo a partir de la tierra y la finca heredada de nuestra
padre. Los terrenos están ubicados en los municipios de Barolo y Monforte d’Alba. La masía “Aie Sottane”, una de las más antiguas casas de Barolo, ahora rehabilitada, es el corazón de la empresa “Diego y Damiano Barale”.
Diego, al finalizar los estudios, se dedica a la actividad de viticultor y Damiano después de años de práctica como bodeguero para muchas empresas de la zona, es ahora el enólogo de la empresa.
El resto es historia reciente. En 2012 se lanzó la primera etiqueta de Nebbiolo Langhe 2010 con la nueva marca, símbolo de trabajo y naturaleza, audacia y suerte.
